VENECIA


LA HISTORIA DE VENECIA
 
Aunque al principio del cristianismo la laguna ya estuviera poblada por pescadores y cazadores, la verdadera colonización es del siglo V, cuando los habitantes de la tierra firme se trasladaron a las islas para escapar de las invasiones de los bárbaros, primero de los hunos y luego de los Longobardos. La confederación de la Laguna no era independiente, sino que le debía fidelidad al Imperio Bizantino, y el año 812 pasó a ser una de sus provincias. Constantinopla le concedía a Venecia privilegios porque era un punto importante para el comercio entre Oriente y Occidente. Cuando Carlomagno y el emperador de Bizancio firmaron el tratado de Aquisgrana, la influencia de Bizancio se vio muy reducida, como demuestra el hecho que el año 828 los venecianos le robaron a Alejandría el cuerpo de San Marcos, al que nombraron patrón de la ciudad, sustituyendo a San Teodoro. En el año 1000, el dux consiguió frenar muchos asaltos de piratas eslavos, y esta victoria se celebró con las bodas entre Venecia y el Mar, para confirmar su supremacía en auge. El poder de Venecia aumentó mucho gracias a las cruzadas, sobre todo con la cuarta, en 1204, en la que los venecianos utilizaron a los cristianos como mercenarios para derrotar a Constantinopla. Después de esta victoria, Venecia se aseguró el control del comercio y se convirtió en una de las potencias más importantes de la época.
En 1453, Constantinopla cayó en manos de los turcos y los venecianos perdieron muchas posesiones. Con la llegada de Colón a América en 1492 y con la nueva ruta marítima hacia las Indias de 1500, Venecia empezó a perder el monopolio del comercio. En los siglos posteriores, la alianza entre España y Portugal, el auge comercial de Génova y las derrotas ante los turcos, debilitaron todavía más a la República Veneciana, que aún así consiguió mantener su independencia hasta la llegada de Napoleón en 1797. Más tarde, con el tratado de Campo Formio, Napoleón entregó la ciudad al Imperio Austro-Húngaro y se repartieron sus posesiones. Venecia pasó a pertenecer al Reino de Italia tras la tercera guerra de independencia en 1866.

VENECIA: UNA CIUDAD EN EL AGUA

Venecia, desde su origen, convive con el agua: los primeros habitantes, para escapar de las incursiones de los bárbaros, se refugiaron en la laguna, y, a causa del terreno pantanoso, se vieron obligados a construir palafitos para vivir. Estos palafitos, poco a poco, fueron convirtiéndose en una de las ciudades más bonitas del mundo, que vive entorno al agua y cuya calle principal es el Canal Grande, por el que cada día pasan muchas embarcaciones que van de una parte a la otra de la ciudad; 446 puentes de piedra, hierro o madera unen las calles y callejuelas de la ciudad. El agua es la particularidad de esta ciudad, pero no siempre es fácil, porque también existe el fenómeno del “acqua alta”, la marea alta: el agua cubre el suelo de Venecia a causa de las corrientes y del viento. Este fenómeno es más frecuente en los meses que van de noviembre a mayo. La primera parte que se sumerge es Plaza San Marcos, que es el punto más bajo de la ciudad, y la plaza es todavía más espectacular. Pero por muy fascinante que pueda resulta, la frecuencia de este fenómeno está aumentando cada año y está dañando los cimientos de las casas y los demás edificios. En 1966, en Venecia hubo una gran inundación que paralizó la ciudad, ya que se quedó sin energía eléctrica. Desde entonces, se han realizado muchos proyectos para proteger Venecia y algunos ya se han activado, pero harán falta años antes de que los terminen.

LA HISTORIA DEL ROBO DEL CUERPO DE SAN MARCOS
 
San Marcos es el santo protector de Venecia desde el año 828, cuando dos mercaderes, Buono Tribuno da Malomocco y Rustico da Torcello robaron el cuerpo de San Marcos de la tumba de Alejandría de Egipto y lo escondieron en una carga de carne de cerdo para que los guardias musulmanes no lo descubrieran. Cuando llegaron a Venecia, lo donaron al dux. Colocaron la preciosa reliquia en el castillo del dux Giustiniano Partecipazio y empezaron inmediatamente a construir un santuario siguiendo el modelo de la basílica de los Doce Apóstoles de Constantinopla, que fue consagrada en el año 832.